Los grandes mensajes nunca pierden su valor.

jueves, 5 de abril de 2012

Jueves Santo




Los días pasan y mis sueños se desvanecen en el olvido del pasado. La tarde es gris acompañada de una tristeza, la lluvia es la compañera en este jueves de primavera, esta noche la luna llena se posara en el cielo como aquella noche que Jesús murió en la cruz.
Hombres de piel quemada en sus días duros del campo y manos repletas de callos se arrodillaran ante el paso del Salvador,  verán su sudor y sangre como el día que ellos abandonaron sus tierras en busca de la salvación ante las lagrimas de sus familias.


Recuerdos de infancia como en tal día como hoy en la iglesia el capellán celebraba la misa de la última cena, vestidos de camisa blanca, pantalón corto negro, calcetines blanco hasta la rodilla y zapatos de charol escuchaban atentamente el sermón para terminar tomando la sagrada hostia. Aquella tarde al salir de la eucaristía paseaban por la ciudad en la cual sus tiendas, bares y cine permanecían cerrado durante hasta la resurrección. 


Estos hombres hoy en su tierra  acompañan a los pasos a Jesús de Nazaret en las calles estrechas de la ciudad vestidos de nazarenos su devoción nace desde sus entrañas. 
Tarde de lluvia moja sus trajes limpiando el sudor y la sangre del Nazareno que ellos portan a hombros con todo orgullo. La gente los vitorea al pasar su esfuerzo se nota en sus rostros el peso de las andas.
Hombres rudos y fuertes que recuerdan sus años de infancia cuando la luna llena iluminaba la noche del jueves al viernes.
El Nazareno va en sus hombros.


Esta tarde noche España se llena de procesiones en la cual la pasión y la devoción son transparentes en cada calle, rincón o casa al paso del Salvador o la Virgen en los cuales los cofrades o mayordomos lucirán sus mejores vestidos con orgullo en este día tan especial para los creyentes cristianos.