Los grandes mensajes nunca pierden su valor.

sábado, 3 de marzo de 2012

Un simple cuento de amor




Cada tarde se sentaba delante de la pantalla del ordenador y escribía una carta de amor en las cuales las palabras se perdían en la red imaginaria de los sueños ocultos.
Cuando regresaba del trabajo en el autobús de línea C5 que le traía a casa en una de las paradas subía todos los días una joven universitaria de veinte y pocos años de cabellos morenos largos, ojos negros, no muy alta, guapa y atractiva. Pasaba todo el trayecto con el móvil en sus manos entre sms y sonrisas en cada mensaje.
La reina de las cartas secretas  que un día fue bautizada con un nombre imaginario que recorría sus dedos entre el teclado del ordenador y se perdía por el laberinto internauta de los sueños ocultos.
 Versos, poemas y cuentos nacían de la imaginación nacían en el autobús en la hora que duraba el trayecto, la joven universitaria estaba ajena a los pensamientos del pasajero de traje y corbata de las últimas filas del autobús. 
Un día, una semana, un mes y no aparecía la chica de los cabellos negros, guapa y atractiva con carpeta en mano. La llama se fue apagando  en la red, delirios sin sentidos, perdido entre letras imaginarias llenas de soledad y tristeza, las palabras que lloraban de pena. Un día el blog quedo cerrado, paso al olvido de la red entre miserias y desazón de su artífice. La confusión de los sueños ocultos quedaron en la negra oscuridad.


Un día de invierno que el frío daba tregua bajo a caminar por la playa ajeno a todo lo que rodeaba la tarde estaba en el ocaso, camino como muchos días y respirando la brisa invernal por la arena y escuchando música por mp3. Una chica estaba sentada sobre la arena con las vista perdida en el horizonte, aquella joven lo miro, noto que era observado y giro su cabeza, allí estaba la joven universitaria con lagrimas en los ojos. 
Se quedaron mirando en unos segundos llenos de misterios e enigmas. 
Porque lloras señora de los deseos ocultos.
Me conoces. Dijo ella.
Tu sabes que si, Zulmea de los ojos negros. O si quieres Soraya en los comentarios.
Por desamor. Contesto ella.
El cabron de tu novio te dejo creo leer en tus ojos negros.
Si, contesto ella con la mirada perdida y la voz casi muda.
Aquel que te prometió amor para toda la vida, te dijo que eras el amor de su vida en cambio no te contó que jugaba con dos camas.
Así es, el cabrón me dejo por una amiga, bueno por una zorra que creía que era amiga.
Hizo ademán para que sentara en la arena a su lado.
Porque dejaste de escribir en el blog.
Sabes la respuesta, no apareciste por el autobús. Contesto él con una voz tenue.


Como sabes que era Soraya en los comentarios.
Siempre supe que leías toda las noches el blog, querida Zulmea.
Ella rió, se seco las lagrimas en pañuelo de papel.
Tu Zulmea te encantaba el juego tanto como a un servidor, te comportabas como te dictaba en la red.
Si, es así dijo ella.
Como descubriste el blog.
Una noche por casualidad buscando los horarios festivos de la parada el Bus C5 dirección playas.
Rieron los dos.
Él se levanto la invito a levantarse.
Comenzaron a caminar lentamente por la arena.
El dijo al aire entre la brisa marinera que jugaba con sus rostros.


Despertar a tu lado.
Besar tu boca
Ver tus ojos amanecer.


Ella lo miró y le beso.
Se besaron apasionadamente.


Llorar de felicidad.
Besar tu boca.
Coger tu mamo.
Pasear por la playa.
Recito ella.


Mujer de mis sueños.
Cabellos al aire.
Amor en esta playa.
Playa del Moro.
Dijo él.


Besos a ti.
Reina de las tardes.
Te quiero.
Zuelma.


El blog de los sueños ocultos quedo para la memoria.
Hoy escribe las cartas de su puño y letra en el corazón de Soraya que es su nombre real.
Alvaro  recibe poemas de amor por sms cada noche de la joven universitaria.
Es pura ficción este cuento que tiene un final feliz como todos sueñan en este mundo que las lagrimas por desamor inundan los mares de soledad.
El amor nace sincero y puro, muere con odio y venganza porque los humanos creemos ser dueño de él y nos convertimos en esclavos.