Los grandes mensajes nunca pierden su valor.

martes, 7 de agosto de 2012

Altea









La tarde llegaba a su ocaso, despedía al sol en día de mucho calor, subíamos las cuestas y escaleras de las estrechas calles envueltas de belleza, recordando a los viejos moradores protegidos de la antigua muralla que no existe, en la cual se defendían los ataques berberiscos en la cual desde la torre de Bellaguarda vigilaban a los piratas que surcaban el mediterráneo del Levante. Desde sus hermosos miradores contemplemos la bahía entre el comienzo de la oscuridad, sus luces la engalanaban desde nuestra atalaya. La luna elegante vestida con traje para la ocasión reluciente desde el cielo enmarcaba un bello lienzo que los pintores adoran exponer en sus cuadros.
Altea pueblo antiguamente de pintores dejaron sus huellas en la bella Altea, aquí nacieron muchas tertulias de colores y enfoques de aquellos artistas que años atrás poblaron las calles estrechas. Vimos algún pintor callejero en manos  de sus pinceles retratando a turistas de todas nacionalidades y colores en sus vestidos que pasean por plazas y callejuelas embelesados del pueblo.
Con exigencia y elegancia Altea ofrece  sus manos a los enamorados en cada mirador prometen amor con un beso con el mar al fondo de testigo.

Blancas calles.
Estrechas y acogedoras.
Artesanos en ellas.

Altea la Vella.
Luz en el cielo.
Iglesia en el alto.

Mar de enamorados.
Aguas cristalinas.
Volcanicas en Cap Negret.

Poetas de pincel.
Mar en sus cuadros.
Noches de ensueño.
Días de encanto.
Pueblo de lienzo.
Miradores en ellos.